El 11 de marzo de
2011,
a las 14:46 JST (tiempo estándar de Japón (UTC+9) se produjo un
terremoto magnitud 9,0 en la escala sismológica de magnitud de momento,
en la costa noreste de Japón. Ese día los reactores 1, 2 y 3 estaban
operando, mientras que las unidades 4, 5 y 6 estaban en corte por una
inspección periódica. Cuando el terremoto fue detectado, las unidades
1, 2 y 3 se apagaron automáticamente (llamado SCRAM en reactores con
agua en ebullición).Al apagarse los reactores, paró la producción de electricidad.
Normalmente los reactores pueden usar la electricidad del tendido
eléctrico externo para los sistemas de enfriamiento y del cuarto de
control, pero la red fue dañada por el terremoto. Los motores diésel de
emergencia para la generación de electricidad comenzaron a funcionar
normalmente, pero se detuvieron abruptamente a las 15:41 con la llegada
del tsunami que siguió al terremoto.
La ausencia de un muro de contención adecuado para los tsunamis de más de 38 metros
que han sucedido en la región permitió que el maremoto (de 15 metros en
la central y hasta 40,5 en otras zonas) penetrase sin oposición alguna.
La presencia de numerosos sistemas críticos en áreas inundables
facilitó que se produjese una cascada de fallos tecnológicos, culminando
con la pérdida completa de control sobre la central y sus reactores.
Los primeros fallos técnicos se registraron el mismo día en que
se produjo el sismo, viernes 11 de marzo, con la parada de los sistemas
de refrigeración de dos reactores y de cuatro generadores de emergencia.
A consecuencia de estos incidentes surgieron evidencias de una fusión del núcleo
parcial en los reactores 1, 2 y 3, explosiones de hidrógeno que
destruyeron el revestimiento superior de los edificios que albergaban
los reactores 1,3 y 4 y una explosión que dañó el tanque de contención
en el interior del reactor 2. También se sucedieron múltiples incendios
en el reactor 4. Además, las barras de combustible nuclear gastado
almacenadas en las piscinas de combustible gastado de las unidades 1-4
comenzaron a sobrecalentarse cuando los niveles de dichas piscinas
bajaron. El reactor 3 empleaba un combustible especialmente peligroso
denominado MOX, formado por una mezcla de uranio más plutonio.
El miedo a filtraciones de radiación llevó a las autoridades a
evacuar un radio de veinte kilómetros alrededor de la planta,
extendiendo luego este radio a treinta y posteriormente a cuarenta. Los
trabajadores de la planta sufrieron exposición a radiación en varias
ocasiones y fueron evacuados temporalmente en distintas ocasiones.
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